No es difícil afirmar con contundencia que la fama de Eliyahu M. Goldratt se debe a la calidad y claridad de las ideas contenidas en este libro.
La meta no es un libro de negocios tradicional. Goldratt tuvo la genialidad no solo de desarrollar la teoría de restricciones y redactar este libro para explicarla, sino además, de hacerlo de una forma inmejorable: utilizando la figura literaria de novela como vehículo para plantear un enorme ejemplo, analizándolo desde toda perspectiva posible y enseñar al lector los fundamentos de su teoría. Pese a la agilidad de muchas de las plumas contemporáneas, no es sencillo encontrar un libro de negocios más amenos que este.
Pero la verdadera riqueza de La meta está lejos de caer en el campo literario. Sus líneas son maestras que con autoridad educan al lector en el fascinante campo de la teoría de restricciones, la cual por sí sola puede llegar a convertirse en una de las herramientas de gestión más importantes. Si bien la mayor parte de las escuelas de negocios han utilizado este tomo como parte de sus programas de formación, hay un grupo de personas para el cual su lectura no es opcional: los directores de empresa.
El texto permite entender las operaciones del negocio desde una perspectiva de sistema integrado, con la cual e descubren las formas en las cuales un área impacta las operaciones de otra, repercutiendo en los resultados de la organización. Ofrece los medios para entender los conceptos de productividad, eficiencia y eficacia desde otra perspectiva, pudiendo incluso presentarse de formas contrarias a la intuición, pero perfectamente lógicas y razonables.
Goldratt nos recuerda la importancia de vigilar la relación entre la productividad, la rentabilidad y la satisfacción, las cuales forman un triángulo poderoso cuya integridad hay que preservar si pretendemos mantener a nuestra empresa en buena forma. También nos recuerda que las situaciones adversas pueden ser la oportunidad perfecta para realizar los cambios propicios para catapultarnos al éxito.