El mundo es un laboratorio gigante en el cual ocurren millones de experimentos involuntarios, simultáneamente, a cada momento. Tal cantidad de eventos, permite que al paso del tiempo, ocurra lo improbable.
El cisne negro nos explica la clara predisposición que tenemos las personas para explicar el presente a partir de nuestra percepción del pasado, así como a intentar anticipar el futuro con base en nuestra idea del presente y del pasado, buscando patrones, elaborando categorizaciones y dementando la aleatoriedad.
Nassim Taleb señala que las relaciones fabricadas entre pasado, presente y futuro, nos otorgan una falsa sensación de seguridad, pero no logran explicar los acontecimientos fortuitos; aquellos eventos derivados de la casualidad, a los que el autor denomina cisnes negros, que al presentarse son capaces de trastocar cada previsión.
En el ámbito empresarial, un cisne negro puede ser motivo de grandes perdidas, incluso en sectores enteros, o por el contrario, dar cabida a oportunidades enormes.
Por momentos, El cisne negro parece haberse adelantado décadas a su tiempo. Los planteamientos en él elaborados son una profunda fuente de inspiración, a la vez que una contundente advertencia para todo empresario.