Las funciones del CEO
Habitualmente, la posición de CEO se utiliza en empresas de ciertas dimensiones. Posiblemente no haga mucho sentido nombrar al CEO de un minisúper, pues las propias dimensiones del negocio darán lugar a una estructura organizacional reducida y sencilla, mayormente plana. Sin embargo, aunque en las microempresas no resulte común establecer formalmente la posición, ostentar el título y vivirlo son cosas distintas, sin importar la talla de la organización. Pensar como CEO es algo que cualquier líder puede ejercitar. Pensar como CEO, es algo que todo líder debe procurar.
La tarea del CEO
La mayor parte de las funciones de la empresa pueden ser delegadas en una o varias personas, distintas al propio CEO. Mientras más grande sea la organización, el CEO habrá encomendado a sus equipos la responsabilidad de un mayor número de actividades, aunque también es cierto que las empresas grandes adquieren mayor complejidad y es posible que en tales casos, los CEOs hayan adoptado otras tareas bajo su cargo.
Sin embargo, existe un conjunto de actividades, las cuales típicamente están reservadas al CEO. En algunas de ellas, suele apoyarse de la cooperación de sus equipos para realizarlas en conjunto, mientras otras serán atendidas exclusivamente por él.
El desafío del CEO consiste en mantener un equilibrio entre sus responsabilidades de línea, los asuntos extraordinarios, y la gestión de los equipos.
Algunas de las principales actividades del CEO
Existen distintas formas de llegar a CEO. En los grandes corporativos, típicamente se requiere toda una carrera llena de éxitos y experiencias. En tales casos, los CEOs han gozado de un largo entrenamiento y conocen bien la forma de afrontar sus responsabilidades. Sin embargo, en el caso de empresas más pequeñas, la trayectoria hacia la silla principal puede ser distinta. En oasiones, el CEO fundó tiempo atrás un minúsculo negocio, el cual creció con los años hasta convertirse en una empresa consolidada. Otras veces, una persona puede disponer de sus ahorros, créditos o alguna fuente de recursos financieros para realizar la compra de una empresa ya establecida, quedando a cargo de ella. Y en otros más, la posición es heredada a un hijo, tras el retiro o fallecimiento del propietario. Estos tres casos representan a la mayoría de los CEOs del mundo, por la sencilla razón de que las empresas chicas y medianas son decenas de veces más comunes que las grandes, y por tratarse en su mayoría de empresas no corporativas. En estos últimos casos, las personas a cargo son CEOs desinstitucionalizados.
Funciones del CEO
Identidad de la empresa
Todos los CEOs son responsables de construir, mantener y actualizar la identidad de la empresa. La implementación de la misión y la visión no son consecuencia de una moda, ni un requisito a cumplir para satisfacer los sistemas de gestión de calidad. Por el contrario, pese a la inocente apariencia detrás de unos cuantos párrafos de texto, sus líneas establecerán las bases sobre las cuales habrá de construirse todo el sistema filosófico de la empresa que la dotará de los principios básicos de su operación.
De igual manera, la definición de valores y el planteamiento de los fundamentos ideológicos de la empresa son responsabilidad del CEO. Estos instrumentos, en conjunto, definirán de forma inmediata los primeros lineamientos de acción de la empresa, mientras que al paso del tiempo construirán su cultura organizacional.
Coordinación de esfuerzos
Cada persona dentro de la empresa sabe cuáles son sus responsabilidades; la mayor parte del tiempo se encargan de cumplirlas, y pueden no interesarse mucho en cuestiones más allá de ellas. Para que esto sea posible, el CEO debe conocer perfectamente los objetivos a largo plazo, y tomar medidas para convertirlos en tareas y funciones específicas para sus equipos de trabajo. El CEO debe ser la persona con mayor claridad sobre el futuro, y debe alinear los esfuerzos de la organización, apuntándolos en esa dirección.
Es frecuente que para solucionar un problema, la empresa considere aplicar medidas las cuales podrían bosquejarse con un sentido contrario a los objetivos de largo plazo. Esto, con frecuencia, es pasado por alto por las personas más próximas a la operación y más alejadas de la estrategia. El CEO piensa permanentemente en función de los objetivos lejanos, y mantiene las acciones de la organización acordes a ellos.
Los CEOs de carrera son bastante efectivos en la coordinación de esfuerzos. En contraparte, los CEOs desinstitucionalizados pueden distraerse y emprender actividades contrarias a sus propios intereses, sin siquiera notarlo. Para el CEO es absolutamente fundamental coordinar adecuadamente los esfuerzos, manteniéndolos alineados con los objetivos de largo plazo.
Facilitar y promover
La imagen del viejo CEO de Wall Street, sentado en su escritorio dentro de una enorme oficina frente a la cual se encuentra una larga fila de personas en espera a ser reprendidas, es definitivamente obsoleta. Es verdad: algunos todavía pueden actuar así, pero son la minoría.
El CEO es el primer interesado en el éxito de la organización, por lo que se mantiene ocupado en que sus colaboradores alcancen sus objetivos. Para ello, el CEO adquiere la posición de principal facilitador de la organización. Desde luego, como persona a cargo, establece, revisa y da seguimiento al trabajo de otros, pero lo hace comprometiéndose con ellos, y evitando convertirse en un lastre para el correcto fluir del negocio.
El CEO es la persona con mayor capacidad de suministrar recursos a la empresa, y es justamente esa una de sus principales funciones. Se encarga de nutrirla no solo de medios financieros, sino también de capital humano, relaciones útiles, alianzas y toda suerte de medios.
Al ser el primer interesado en la adecuada evolución de la empresa, es también su mayor promotor, tanto al exterior como al interior. Sabe cómo provocar confianza con clientes y proveedores, y despertar orgullo entre los colaboradores. Aunque no es una regla, por lo general los CEOs de carrera son más exitosos en lo primero, mientras que los no institucionalizados lo son en lo segundo. En cualquier caso, el CEO se encarga de generar la comunicación correcta con las partes para enriquecer y robustecer los conceptos relevantes para la imagen de la organización.
Finalmente, el CEO hace uso de todo lo anterior para eliminar obstáculos internos, pero sobre todo externos. Su función hacia el exterior de la empresa es sumamente importante; cualquier colaborador actúa sobre los aspectos interiores de la empresa, pero solo algunos lo hacen en los externos, y el CEO es el más importante de ellos. Librar obstáculos (y dirigir las acciones de otros para tal propósito), es de hecho una de las actividades principales de todo CEO.
Elaborar las estrategias generales
Desde cierto ángulo, es posible entender a la empresa como la suma de un conjunto de tácticas y estrategias. El CEO es la persona a cargo de establecer las estrategias generales, ya sea que se traten de su propia creación, o de la coordinación de equipos a su cargo. Las estrategias generales harán de construirse con base en los objetivos de largo plazo, los cuales se desprenden de la visión de la empresa, la cual obedece a su misión. En términos más prácticos, el CEO se mantiene siempre consciente del lugar que debería ocupar la empresa en el futuro, y desarrollar los medios y las acciones para llevarla a ese punto.
De las estrategias generales podrán desprenderse estrategias particulares, ya sea para incrementar la capacidad de producción, o para penetrar un nuevo mercado, o para hacer frente a la competencia extranjera. Dichas estrategias particulares, al igual que los objetivos, deberán ser instancias menores de las estrategias generales, evitando en todo momento un posible conflicto en la dirección hacia la cual se encaminan.
Emprendedor, jefe, fundador y socio
El CEO pudo llegar a su posición debido a distintas causas. Sin importar cual haya sido el camino, su principal responsabilidad es solo una: hacer que la empresa sea mejor en el futuro de lo que lo es en el presente. Su agenda se satura de actividades programadas principalmente para la atención de nuevos problemas, generalmente de naturaleza extraordinaria e imposibles de atender por otro miembro de la empresa. Y el resto de los espacios disponibles, es aprovechado para trabajar en aquello que mantendrá activa a la empresa en los tiempos por venir. El CEO puede ser el vigía, el capitán y el ingeniero de la nave, pero nunca puede dejar de ser el navegante.
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